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Comprender el Ciclo Económico: Navegando el Mercado

Comprender el Ciclo Económico: Navegando el Mercado

16/12/2025
Maryella Faratro
Comprender el Ciclo Económico: Navegando el Mercado

El ciclo económico es un viaje de altibajos que afecta a inversores, empresas y ahorradores. Conocer sus fases y señales permite tomar decisiones informadas y estratégicas para proteger activos y aprovechar oportunidades.

Definición y visión general del ciclo económico

El ciclo económico son las fluctuaciones recurrentes de la actividad económica que alternan fases de expansión y contracción. Aunque se repiten, no son perfectamente periódicas, pues varían en duración e intensidad.

Se miden con el PIB real y otros indicadores como la tasa de desempleo, la producción industrial y las ventas minoristas. Es crucial distinguir entre la tendencia de largo plazo —el crecimiento potencial— y las oscilaciones que se producen alrededor de ella.

Estas oscilaciones son inherentes a las economías de mercado, porque las decisiones descentralizadas en inversión, crédito y expectativas generan movimientos cíclicos sin un patrón fijo.

Fases del ciclo económico

El ciclo económico clásico se divide en cuatro fases con características propias:

  • Recuperación o expansión: Producción y PIB creciendo, aumento de empleo y reducción del desempleo, mejora de la confianza.
  • Auge o pico: Actividad en niveles máximos, mercados laborales ajustados y riesgos de sobrecalentamiento e inflación.
  • Contracción o recesión: Caída del PIB varios trimestres, menor consumo e inversión, aumento del desempleo.
  • Fondo o depresión: Niveles muy bajos de producción, alta capacidad ociosa y confianza deteriorada.

Algunos autores subdividen estas etapas en cinco fases, agregando “desaceleración” antes de la recesión y diferenciando el fondo como el punto en que los indicadores adelantados mejoran aunque los niveles sean bajos.

Tipos y duración de los ciclos

Para profundizar, se clasifican según su duración:

  • Ciclos cortos (Kitchin, 2–4 años): Ajustes de inventarios y fluctuaciones de producción a muy corto plazo.
  • Ciclos medios (Juglar, 7–11 años): Impulsados por inversión en bienes de capital, crédito bancario y confianza empresarial.
  • Ciclos largos (Kondratiev, 50–60 años): Asociados a grandes innovaciones tecnológicas y cambios estructurales profundos.

Además, existen ciclos sectoriales o mini-ciclos que no siempre coinciden con las clasificaciones académicas, pero aportan información valiosa para análisis específicos.

Indicadores clave para “navegar” el ciclo

Invertir y planificar requiere seguir tres tipos de indicadores:

  • Indicadores coincidentes: PIB real, producción industrial, empleo y ventas minoristas reflejan la situación actual.
  • Indicadores adelantados: PMI/ISM, nuevos pedidos industriales, confianza del consumidor y empresarial, índices bursátiles y la curva de tipos de interés.
  • Indicadores retrasados: Inflación (IPC/PCE), beneficios declarados y tasa de morosidad bancaria que confirman el ciclo pasado.

Cada indicador varía según la fase: por ejemplo, la confianza puede girar a la baja en el pico aunque el empleo siga fuerte, o la inflación permanecer alta tras el inicio de la recesión.

Datos históricos y ejemplos numéricos

Analizar crisis pasadas ofrece lecciones para el presente y el futuro:

En expansiones avanzadas, el PIB crece entre 2 % y 4 %, mientras que en recesiones graves puede caer de 1 % a 5 %. El desempleo puede oscilar del pleno empleo (3 %–5 %) a tasas superiores al 10 %.

Teorías sobre las causas del ciclo

No existe un consenso único sobre el origen de los ciclos. Algunas explicaciones clave incluyen:

Enfoque keynesiano: Fluctuaciones de la demanda agregada, inversión volátil por expectativas y “espíritus animales”.

Enfoque monetarista: Errores de política monetaria y variaciones en la oferta de dinero y crédito.

Ciclos reales: Choques de productividad y tecnología que afectan al producto potencial y las decisiones de trabajo.

Teorías financieras: Expansiones de crédito y burbujas de activos seguidas de procesos de desapalancamiento.

Impacto en empresas, empleo y sectores

El ciclo afecta de manera distinta a cada actor:

Empresas en expansión disfrutan de mayor demanda y condiciones de crédito favorables, lo que impulsa la inversión y contrataciones. En recesión, sufren caídas de ventas, problemas de liquidez y recortes de costes.

El empleo reacciona con cierto retraso: sube de forma tardía en la recuperación y sólo comienza a caer cuando la recesión ya ha avanzado. Los salarios reales y la negociación colectiva también varían según la tensión del mercado laboral.

Algunos sectores son más cíclicos (automóvil, construcción y turismo) y presentan mayor volatilidad, mientras que otros defensivos (salud, consumo básico, utilities) mantienen una demanda estable.

Estrategias prácticas para inversores y empresas

Con este conocimiento, es posible diseñar estrategias de cobertura y posicionamiento:

  • Rotar carteras según la fase: priorizar activos de riesgo en expansión y refugio en contracción.
  • Controlar niveles de inventario y apalancamiento: reducir deuda en picos y fortalecer liquidez en fondos.
  • Seguir indicadores adelantados: anticiparse a los giros del ciclo ajustando planes de inversión.

En definitiva, entender el ciclo económico es clave para navegar un mercado cambiante y protegerse de sorpresas. Con datos, teorías y ejemplos históricos, cada actor puede tomar decisiones más sólidas y prepararse ante futuros altibajos.

Maryella Faratro

Sobre el Autor: Maryella Faratro

Maryella Faratro