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La paradoja de la productividad: ¿Dónde está el crecimiento?

La paradoja de la productividad: ¿Dónde está el crecimiento?

23/11/2025
Robert Ruan
La paradoja de la productividad: ¿Dónde está el crecimiento?

La tecnología avanza a pasos agigantados, pero los indicadores macroeconómicos parecen quedarse atrás. Este artículo revisa por qué la explosión digital no ha impulsado el crecimiento esperado.

Concepto y origen de la paradoja

La “paradoja de la productividad” describe la discrepancia entre inversión y resultados: pese a décadas de revolución informática, la productividad y el PIB per cápita no suben al ritmo previsto.

Robert Solow, premio Nobel, lo resumió en los años 80: se ve la era del ordenador “en todas partes menos en las estadísticas de productividad”. Originalmente se observó en Estados Unidos durante los 70-80-90, donde la capacidad informática creció mientras el avance de la productividad total de los factores se frenaba.

Es fundamental distinguir entre:

  • Productividad del trabajo: producción por hora trabajada.
  • Productividad total de los factores: eficiencia más innovación.

La paradoja clásica se centraba en los ordenadores y las TIC; la versión actual incorpora internet, plataformas digitales y, muy recientemente, la inteligencia artificial.

Datos históricos y tendencias macro

Los datos muestran oleadas de crecimiento seguidas de ralentizaciones:

Tras la posguerra y hasta los 70, EE. UU. crecía cerca del 3 % anual en productividad laboral. Desde mediados de los 70 hasta mediados de los 90, bajó a 1-1,5 %. Hubo un repunte con la difusión de las TIC e internet a finales de los 90, pero nunca volvió a la “edad de oro”.

En Europa se vio convergencia con EE. UU. hasta los 80-90 y luego estancamiento. El norte y centro mantienen altos niveles absolutos con bajo crecimiento; el sur combina baja productividad con estancamiento. Japón vivió un milagro en los 50-70 y, desde los 90, ha sufrido un crecimiento débil. Las economías emergentes, como China, han avanzado rápido al importar tecnología, pero corren el riesgo de estancarse en la trampa de la renta media.

A escala global, desde principios de los 2000 la productividad en economías avanzadas desacelera constantemente pese a innovaciones como smartphones, nube, plataformas y IA.

Dimensión tecnológica: de las TIC a la IA

La tecnología se despliega en varias olas:

Primera ola de las TIC: informática empresarial, ERP, CAD/CAM. Generó mejoras notables en manufactura avanzada, finanzas y logística, pero los beneficios agregados tardaron en reflejarse.

Internet y plataformas: comercio electrónico, redes sociales, economía colaborativa (Uber, Airbnb, Amazon). Mejoraron coordinación y distribución, pero desplazaron actividades tradicionales y alteraron el empleo.

Digitalización generalizada: automatización de tareas administrativas, ofimática colaborativa y trabajo remoto. A nivel micro aumentó la eficiencia, pero en el agregado el impacto fue menos evidente.

Inteligencia artificial: promesas de automatización cognitiva y análisis masivo de datos. Genera asistentes digitales y contenido de alta velocidad, pero también multiplica las tareas, iteraciones y la presión de trabajo.

Explicaciones económicas y de medición

Varias causas explican la aparente paradoja:

  • Problemas de medición: muchas mejoras digitales no se reflejan en el PIB al no monetizarse servicios gratuitos o mejoras de calidad sin subir precios.
  • Rezagos organizativos: adaptar procesos, formar personal y rediseñar estructuras consume tiempo y recursos antes de ver beneficios.
  • Redistribución de beneficios: la competencia reduce márgenes, y solo unas pocas plataformas concentran valor.

Además, la gestión deficiente puede convertir inversiones en burocracia digital y sobrecarga de información, reduciendo el tiempo de concentración y trabajo profundo.

Implicaciones sociales

La paradoja no es solo un reto económico, sino también social. La brecha entre ganadores y perdedores tecnológicos se amplía:

  • Desplazamiento de empleos en sectores rutinarios.
  • Polarización salarial entre trabajos de alta y baja cualificación.
  • Precariedad en la economía de plataformas y trabajos temporales.

Sin embargo, surgen nuevas oportunidades en sectores innovadores y de servicios intensivos en conocimiento. La clave social está en la formación continua y en políticas que acompañen la transición laboral.

Posibles salidas y recomendaciones

Para romper la paradoja, conviene diseñar estrategias integrales:

  • Revisar la forma de medir producción y bienestar, incorporando servicios digitales y calidad.
  • Impulsar la innovación organizativa y el rediseño de procesos en las empresas.
  • Invertir en formación y aprendizaje permanente para adaptarse a la era de la automatización.
  • Fomentar marcos regulatorios y políticas públicas que promuevan la inversión productiva y la equidad tecnológica.

En conjunto, la paradoja de la productividad invita a repensar no solo la tecnología, sino la forma en que medimos el progreso, organizamos el trabajo y distribuimos sus beneficios. Solo así podremos traducir cada avance digital en un verdadero impulso al crecimiento económico y al bienestar colectivo.

Robert Ruan

Sobre el Autor: Robert Ruan

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