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La Trampa de la Liquidez: Cuando Bajar Tasas Ya No Funciona

La Trampa de la Liquidez: Cuando Bajar Tasas Ya No Funciona

24/11/2025
Giovanni Medeiros
La Trampa de la Liquidez: Cuando Bajar Tasas Ya No Funciona

Desde la crisis de 2008, los bancos centrales han desplegado todas sus municiones para reactivar el crecimiento: tasas en mínimos históricos, compras masivas de activos y comunicación optimista. Sin embargo, en múltiples economías el resultado ha sido decepcionante: la inversión no despega, el consumo permanece gris y las expectativas se hunden.

Esta situación describe lo que se conoce como la trampa de la liquidez, un fenómeno en el que los mecanismos tradicionales de la política monetaria pierden su poder de tracción. Conocer sus orígenes, sus efectos y, sobre todo, las posibles salidas, es esencial para diseñar una hoja de ruta que devuelva el dinamismo a la economía.

¿Qué es la trampa de la liquidez?

La trampa de la liquidez se define como aquella circunstancia en la que, pese a que el costo del dinero es prácticamente nulo o incluso negativo, los agentes económicos prefieren mantener efectivo o depósitos a la espera de mejores rendimientos en el futuro.

En este contexto, las inyecciones de liquidez por parte del banco central dejan de traducirse en crédito nuevo, consumo adicional o inversión productiva. La demanda agregada se estanca y el ciclo de expansión monetaria y crecimiento se rompe.

En términos simples, es como empujar el acelerador de un coche con el freno de mano puesto: el motor se esfuerza, pero el vehículo no avanza.

Orígenes y fundamentos teóricos

John Maynard Keynes fue el primero en alertar sobre esta anomalía en los años veinte y treinta del siglo XX. Observó que, llegado a cierto nivel de aversión al riesgo y bajos tipos de interés, los ahorradores preferirían acumular liquidez antes que invertir en actividades que consideraban inciertas.

Posteriormente, John Hicks incorporó la idea al modelo IS-LM, donde la curva LM (liquidez) se horizontaliza al aproximarse al cero. En tales condiciones, una expansión monetaria desplaza la oferta de dinero, pero no genera caídas adicionales en la tasa de interés ni incrementa la producción.

Este giro teórico mostró que la política monetaria convencional puede llegar a un límite inferior de estímulo posible, más allá del cual resulta inefectiva.

Causas y dinámicas centrales

El surgimiento de la trampa de la liquidez responde a una combinación de factores estructurales y psicológicos. Entre las causas más relevantes se encuentran:

  • Expectativas de deflación persistente: Si los precios van a bajar de forma sostenida, posponer las compras se convierte en la decisión racional.
  • Falta de confianza en la recuperación, motivada por crisis financieras o niveles elevados de desempleo.
  • Tipos de interés en el cero inferior, que eliminan el estímulo adicional de nuevas rebajas.
  • Un aumento del ahorro precautorio masivo ante la incertidumbre sobre futuras políticas o shocks externos.

Cuando estos elementos toman fuerza, la liquidez se acumula en los balances de hogares, empresas y bancos, sin fluir hacia proyectos productivos.

La clave está en comprender que, en este escenario, el dinero no es un medio para estimular, sino un refugio ante vientos de incertidumbre.

Impactos macroeconómicos y sociales

Los efectos de la trampa de la liquidez se extienden más allá de los indicadores financieros, provocando consecuencias de gran alcance:

  • Estancamiento del crecimiento económico se detiene, con tasas de expansión del PIB muy por debajo de su potencial.
  • Aumento de la tasa de desempleo prolongada, debido a la caída de la demanda de bienes y servicios.
  • Debilidad del sector bancario, que se enfrenta a balances deteriorados y baja rentabilidad.
  • Generación de burbujas en activos como bonos o inmuebles, donde la liquidez excedente busca rendimiento sin entrar en la economía real.

Este panorama suele prolongarse, afectando la confianza de los consumidores y frenando cualquier intento de reactivación.

Ejemplos históricos clave

A lo largo de la historia, la trampa de la liquidez ha aparecido con especial virulencia en diversos episodios:

Cada ejemplo comparte un denominador común: las políticas de tasas ultrabajas no lograron reactivar la inversión ni el empleo de manera sostenible.

Alternativas para salir de la trampa

Frente a este impasse, los gobiernos y bancos centrales deben adoptar un enfoque multidimensional e innovador, combinando recursos disponibles:

  • Estímulo fiscal verdaderamente ambicioso que financie proyectos de infraestructura, transición energética y economía digital.
  • Diseño de estrategia de previsión de tasas futura para anclar expectativas en un horizonte razonable.
  • Expansión de programas de compras de activos focalizadas en sectores clave para el crecimiento productivo.
  • Impulso de reformas estructurales que mejoren la productividad y la competencia en los mercados.
  • Coordinación multilateral para asegurar un fuerte efecto global sincronizado entre economías interconectadas.

En Estados Unidos, la técnica del forward guidance tras la crisis de 2008 ayudó a moderar las expectativas y mejorar la confianza del mercado, aunque no bastó para lograr una recuperación explosiva.

De igual modo, la combinación de gasto público y apoyo a las pequeñas y medianas empresas durante la pandemia mostró que el apoyo fiscal directo al tejido productivo puede reactivar circuitos económicos locales y generar empleo.

Camino hacia una recuperación sostenible

Romper la trampa de la liquidez exige valentía política y visión de largo plazo. Los responsables deben diseñar marcos que:

- Antes que buscar más liquidez, promuevan la demanda efectiva a través de contratos de inversión público-privada de largo alcance.

- Establezcan reglas fiscales contracíclicas que amplíen el margen para desplegar gasto en crisis y lo retiren en fases de crecimiento.

- Fortalezcan los sistemas de protección social para reducir el ahorro precautorio y dar confianza a los hogares.

Solo así se podrá restablecer el circuito de crédito productivo y movilizar los recursos ociosos en la economía.

Reflexiones finales

La trampa de la liquidez nos recuerda que el dinero, por sí solo, no es motor de la economía: necesita un circuito real de demanda y oferta para convertirse en prosperidad compartida.

Sólo a través de la convergencia entre estímulos monetarios, fiscales y reformas estructurales, podremos dejar atrás el nivel de sobresaturación de liquidez y encender la chispa del crecimiento.

El reto es enorme, pero la historia también demuestra que, con creatividad, decisión política y cooperación internacional, las economías pueden superar los límites del modelo convencional y alcanzar un desarrollo más estable y equitativo.

Ha llegado el momento de repensar, innovar y reacelerar el futuro. La salida de la trampa de la liquidez no es un misterio técnico: es, sobre todo, un desafío de liderazgo y visión compartida.

Giovanni Medeiros

Sobre el Autor: Giovanni Medeiros

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