La política monetaria no convencional ha emergido como una respuesta decisiva frente a crisis económicas profundas, cuando las herramientas tradicionales ya no alcanzan a estimular el crecimiento ni a restaurar la confianza. Este enfoque ha demostrado ser crucial para sostener la actividad económica y evitar colapsos financieros que afectarían a familias, empresas y gobiernos.
Operativamente, la política monetaria no convencional implica el uso de instrumentos distintos de los cambios convencionales en el tipo de interés de referencia. Cuando los tipos de interés caen cerca de cero y las expectativas de inflación siguen por debajo de la meta, los bancos centrales recurren a medidas extraordinarias para reactivar la transmisión de la política monetaria.
Estas herramientas suelen desplegarse en tres escenarios:
Sus objetivos incluyen restaurar el funcionamiento del sistema financiero, evitar espirales de caída de precios y anclar expectativas de inflación cerca del objetivo oficial.
La política convencional se centra en el manejo del tipo de interés a corto plazo, con un canal de transmisión habitual hacia los costes de préstamos y depósitos. En contraste, la política no convencional incorpora dimensiones de cantidad de base monetaria, plazos extendidos y expectativas futuras.
Los bancos centrales han desarrollado diversas familias de instrumentos para complementar el tipo de interés oficial:
Flexibilización cuantitativa o Quantitative Easing: compras a gran escala de activos como deuda soberana, bonos corporativos o valores respaldados por hipotecas. Busca bajar tipos de interés a medio y largo plazo y reducir primas de riesgo.
Compras de activos privados y programas específicos: adquisición de papel comercial, bonos corporativos y titulizaciones para reabrir mercados financieros estancados y fomentar un rebalanceo de carteras hacia activos más riesgosos.
Operaciones de financiación a largo plazo: las TLTRO del BCE o préstamos a plazos extendidos de la Fed facilitan crédito barato a bancos, condicionados a mantener o aumentar su flujo de préstamos a empresas y hogares.
Tipología de intereses negativos: establecer un tipo de depósito por debajo de cero en el banco central para incentivar la concesión de crédito y desalentar la acumulación de reservas.
Ampliación de colaterales y líneas de liquidez: aceptar garantías más variadas en operaciones de préstamo y ofrecer facilidades de emergencia a intermediarios para evitar corridas o pánicos de liquidez.
Gestión explícita de expectativas (forward guidance): compromisos públicos sobre la duración y condiciones futuras de las políticas, ya sea basados en fechas o en umbrales de inflación y empleo.
Control de la curva de rendimientos (Yield Curve Control): fijar objetivos para tipos de interés a plazos más largos, prometiendo comprar o vender activos para mantener esos niveles y reforzar la señal acomodaticia.
Las herramientas no convencionales influyen en la economía a través de múltiples canales simultáneos:
Además, la gestión de expectativas mejora la confianza y reduce la incertidumbre sobre futuros movimientos de política.
Desde la crisis financiera global de 2007-2009 hasta la pandemia de COVID-19, la política monetaria no convencional ha sido un soporte esencial para la recuperación:
Los estudios empíricos sugieren que estas intervenciones han producido:
1) Reducción significativa de los tipos a largo plazo, 2) aumentos en precios de activos financieros y 3) mejora de indicadores de crédito en la economía real.
Aunque poderosas, estas herramientas conllevan desafíos que requieren debate y vigilancia continua:
Es fundamental diseñar una estrategia de salida ordenada para evitar espirales deflacionarias prolongadas o repuntes de volatilidad.
Tras la crisis del euro y el shock de la pandemia, los bancos centrales mantienen posturas acomodaticias, combinando compras de activos con guías futuras de tipos bajos. Sin embargo, la reciente presión inflacionaria exige equilibrar estímulos con la preservación de la estabilidad de precios.
Para ciudadanos, empresas y analistas, comprender estos instrumentos brinda herramientas de análisis y anticipación. Algunos consejos prácticos:
La política monetaria no convencional es más que un conjunto de técnicas: es una promesa de resiliencia para economías y sociedades. Comprender su alcance y limitaciones ayuda a tomar decisiones informadas y colaborar en un debate público sólido.
Referencias