La primera mitad de 2025 ha quedado marcada por episodios de alta volatilidad que han tomado por sorpresa a muchos inversores.
Los movimientos bruscos en los mercados financieros han generado tanto incertidumbre entre pronósticos como esperanzas de encontrar puntos de entrada atractivos en activos de calidad.
Tras el anuncio de nuevos aranceles comerciales por parte de Estados Unidos, los mercados han reaccionado con fuertes correcciones diarias de doble dígito, elevando el índice VIX de alrededor de 19 a más de 22 puntos.
Este entorno geopolítico más tenso convive con un crecimiento global estable y signos de normalización de la inflación en economías como EE. UU. y la eurozona.
La Reserva Federal ha dejado claro que los recortes de tipos serán más pausados de lo previsto, manteniendo los tipos de interés en niveles altos y condicionando las valoraciones de activos.
En el período de febrero a abril de 2025, el índice MSCI ACWI en euros cayó casi un 12 % antes de recuperar parte de las pérdidas, cerrando el semestre con un descenso cercano al 2,9 %.
Las rentabilidades semestrales, sin embargo, fueron muy dispares por región:
Algunos días de anuncios arancelarios registraron caídas intradía de entre el 4 % y el 7 %, las correcciones más fuertes desde marzo de 2020.
Aunque la volatilidad puede asustar, también ofrece puntos de entrada atractivos cuando los precios caen más que los fundamentales.
La dispersión de rendimientos entre regiones y clases de activos permite a los inversores:
Los fundamentales de la economía siguen mostrando solidez de los fundamentales: crecimiento moderado, inflación en retroceso y crédito corporativo sano.
Los movimientos diarios del 3 % al 5 % pueden generar estrés emocional inesperado, llevando a decisiones precipitadas.
Para navegar este escenario, es clave definir un plan claro antes de invertir. Algunos pasos recomendados son:
1. Establecer objetivos y horizonte temporal: antes de entrar en cualquier posición, determine si sus metas son a corto, medio o largo plazo.
2. Diversificación global: combine acciones europeas, estadounidenses y de emergentes, junto a renta fija de distintos plazos.
3. Gestión del riesgo: aplique límites de pérdida (stop-loss) y reduzca tamaño de posiciones en activos más volátiles.
4. Rebalanceo periódico: ajuste la cartera según los cambios en precios sin reaccionar a cada oscilación diaria.
5. Formación continua: manténgase al tanto de informes de bancos centrales y análisis de mercado para anticipar cambios de tendencia.
La volatilidad actual, impulsada por aranceles, geopolítica y expectativas de tipos, plantea tanto desafíos como oportunidades.
Adoptar una estrategia fundamentada, valorando el riesgo y aprovechando las caídas para entrar en activos sólidos, puede marcar la diferencia entre pérdidas y ganancias.
En última instancia, el éxito dependerá de la disciplina y la capacidad de mantener la calma cuando los mercados se mueven con fuerza.
Referencias