La volatilidad en los mercados financieros ha vuelto con fuerza tras años de relativa calma, impulsada por una combinación de factores globales y locales que inciden directamente en las decisiones de inversión. Desde la pandemia de 2020 hasta las recientes tensiones comerciales, los inversores se enfrentan a desafíos inéditos al tratar de equilibrar riesgos y oportunidades. En este contexto, resulta fundamental contar con un marco de referencia que permita interpretar los movimientos de precio, entender su origen y, sobre todo, diseñar estrategias que protejan el patrimonio en épocas de incertidumbre.
En este artículo, exploraremos las causas subyacentes de la volatilidad, analizaremos datos recientes y métricas clave, y presentaremos tácticas prácticas para inversores de todo tipo. Además, identificaremos errores frecuentes y ofreceremos recomendaciones para evitarlos, con el objetivo de fortalecer tu confianza y mantener una visión clara en momentos de alta turbulencia.
Desde el estallido de la pandemia en 2020, los mercados han alternado entre periodos de calma relativa y episodios de volatilidad extrema. La desaceleración económica global, unida a la inflación post-pandemia y a las subidas agresivas de tipos de interés, creó un entorno propicio para movimientos bruscos en activos de todo tipo. Durante 2023–2024, muchos índices de volatilidad se situaron en niveles considerados “bajo-normales”, lo que condujo a una sensación de estabilidad engañosa.
En 2025, sin embargo, hemos visto un repunte claro de la volatilidad bursátil impulsado por nuevos aranceles estadounidenses, tensiones comerciales, dudas sobre el desarrollo de la IA y cambios en las expectativas de los bancos centrales. Estos factores geopolíticos y macroeconómicos se entrelazan, generando un escenario de incertidumbre constante que exige una comprensión profunda de sus causas.
El indicador más reconocido para medir la volatilidad implícita en Estados Unidos es el VIX, derivado de opciones sobre el S&P 500. En condiciones normales, oscila entre 15 y 20 puntos, pero puede superar los 40–50 en fases de estrés agudo, como ocurrió en 2020.
La media anual del VIX fue de 16,9 en 2023 y 15,6 en 2024, mientras que en 2025 ya ronda los 20,8 puntos hasta mitad de año. Esto lo convierte en uno de los periodos más volátiles desde 2017, sólo por detrás de los años de crisis sanitaria y financiera.
Esta información permite calibrar mejor las expectativas y ajustar las estrategias de cobertura en función del nivel de riesgo asumido.
El primer semestre de 2025 dejó claros contrastes entre distintas clases de activos. La renta variable global, medida por fondos indexados en euros, presentó rendimientos negativos de entre −3 % y −6 %, con variaciones notables según la región. Europa alcanzó subidas cercanas al 9 %, mientras que Estados Unidos en moneda local sufrió caídas en torno al −6,5 %.
En contraste, la renta fija global actuó como un amortiguador parcial en las carteras diversificadas, con rendimientos desde 0,6 % en bonos gubernamentales europeos hasta 4,5 % en deuda emergente cubierta a euro. Estas dinámicas refuerzan la importancia de tener presencia en distintos segmentos para reducir la exposición al riesgo de mercado.
En esta sección presentamos acciones concretas para gestionar la volatilidad de manera proactiva y estructurada.
Adicionalmente, mantener una posición de liquidez apropiada puede darte la flexibilidad necesaria para aprovechar caídas puntuales y oportunidades de compra en momentos de pánico.
Incluso los inversores más experimentados pueden caer en sesgos psicológicos que agravan las pérdidas en fases de volatilidad alta. Entre los errores más frecuentes se encuentran:
Para evitar estos tropiezos, es fundamental elaborar un plan de inversión con objetivos y límites de pérdida definidos, y adherirse a él con disciplina, independientemente de la intensidad de la volatilidad.
La volatilidad es un componente inherente a los mercados financieros y, aunque a menudo se percibe como una amenaza, también puede ser una fuente de oportunidades significativas. Comprender sus orígenes, medir sus indicadores clave y aplicar tácticas de gestión adecuadas te permitirá no sólo proteger tu capital, sino también capitalizar los momentos de desorden.
Mantener la disciplina inversora y una estrategia adaptativa, basada en datos objetivos y un control riguroso de riesgos, será la clave para navegar con éxito en un mundo cada vez más interconectado y expuesto a shocks constantes.
Recuerda que la preparación y la paciencia son tus mejores aliados: al adoptar una visión a largo plazo y aprender de cada ciclo de mercado, podrás construir una trayectoria sólida y sostenible en tu camino como inversor global.
Nota: Datos de VIX 2025 referidos a media hasta mediados de año, no cierre anual.
Referencias